Para Julia, invisible mujer de mirada limpia
Navegué por tus ojos. Tan llenos de luz, como el blanco océano y me sentí mecida en tú blanda sonrisa.
Me observabas desde una silla de frío metal. Sobre un sin sentido de ruedas, plástico y distancia.
Las voluntarias ya te habían vestido. Parloteaban entre ellas. -Se les olvidó peinarte-, solo te importaba seguirme con la mirada.
Era la primera vez que nos cruzábamos, y sin embargo tú corazón supo ver lo que tanto ansiaba.
Con tus medias palabras me alzastes los brazos. Llamabas a tú madre, como una niña pequeña.
Sobraron las explicaciones, era evidente.
Decías tanto... en aquel momento.
Suplicabas caricias, besos y tal vez ¿quién sabe lo que necesitabas?
Te miré en silencio.
Y me di sin darme, para recibir lo que nunca habría esperado.
Deseo volver a verte.
Saber si la niña pequeña encontró al fin a quién tanto ansiaba.
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